sábado, 17 de agosto de 2013

El penoso resultado de la morosidad pública, la destrucción de empleo.

En mayo de este mismo año, la Administración Pública formada por el Estado, Comunidades Autónomas y Ayuntamientos tenían ya más de  10.000 millones de euros de facturas cuyo vencimiento para el pago de ellas había vencido, de esas facturas corresponden 4.811 millones a PYMES y autónomos (le aconsejo que sigan a ATA, Asociación de Trabajadores Autónomos) que son un lastre para su actividad. 

Es cierto que Plan de Pago para Proveedores supuso un alivio e inyección para muchas empresas y autónomos (pasamos del PLAN E a pagar deudas incluidas las del propio PLAN E  y facturas viejas hasta en pesetas) pero la fea costumbre por parte de la administración pública de pagar tarde sigue ahí.
Pese a haber reducido en 5 días sus plazos de pago, las administraciones públicas siguen tardando una barbaridad en liquidar sus facturas, 155 días de media, 75 días por encima de lo establecido. Lo curioso y macabro es que pese a ser las que peor pagan, son las primeras a las que el sector privado liquida sus deudas, me explico, impuestos, cargos, tasas... es lo primero que pagan las empresas. Luego se ocupan de las facturas del proveedor más importante y, en tercer lugar, de las empresas de suministros, todo esto es uno de los motivos que ocasionan que  muchos trabajadores no cobran, porque no se paga en un plazo aceptable.

La crisis económica y el pinchazo de la burbuja inmobiliaria lastraron la recaudación pública. Los impuestos vinculados a la construcción, fundamentales para comunidades y municipios, se han desplomado más de un 25% en los últimos años. El gran déficit público generó desconfianza y nadie quería saber nada de ellos solo las cajas (muchas quebradas y rescatadas) que estaban gobernadas por políticos, patronal y sindicatos financiaban obras y proyectos inútiles. Los presidentes de CCAA y alcaldes, a su vez, aplazaron pagos y los proveedores se convirtieron en prestamistas de la Administración a costa de su supervivencia. Farmacias, pequeñas empresas de construcción y otros suministradores dejaron de cobrar puntualmente y acumularon facturas.

Voy a explicar sin terminología contable y económica muy compleja las cuentas de la pyme o autónomo, en el cuadro aparecen el ingreso y los costes que se atribuyen directamente a tal operación, la diferencia todos lo conocemos como beneficio.


Esto es lo que por la elaboración de un bien o servicio se produce en la pyme o autónomo, solo están los costes que fácilmente se imputan directamente en tal acción, están los que no pero lógicamente hay que pagar si los necesitas como  alquiler y si, los impuestos, entre otros más dependiendo del sector, la empresa, la actividad etc.

Si no le pagan por tal bien o servicio hay 2 opciones:

PRIMERA: No paga los costes expuestos que pueda negociar y pasa el coste de la morosidad al trabajador o acreedor, particular a particular se produce un “círculo vicioso de morosidad”.


SEGUNDA: Aunque no cobra, asume el riesgo (que es mayor que asume el trabajador que espera que le aporte beneficios) y asume esos pagos con su patrimonio, pudiendo perderlo, o utiliza financiación ajena como por ejemplo la póliza de crédito lo que le conllevará unos gastos financieros.


Si tal cosa se repite, es decir la morosidad, el patrimonio corre más riesgo y puede verse obligado a endeudarse.



Es siniestro que con dinero de la riqueza que se genera se ayude a destruir empleo, por eso insisto tanto en una reforma a gran reforma del estado, tal cosa sería un paso increíble.


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